Jannis Kounellis
Kounellis llegó a Roma, su ciudad adoptiva, para
estudiar en la Academia de Bellas Artes siguiendo al maestro Toti Scialoja y
desde allí proyectó su carrera. Su estreno fue con una exposición individual en
1960, en la galería romana La Tartaruga. Empezó pintando sobre lienzo, pero ya
entonces mostraba una inquietud hacia la reflexión artística sobre la sociedad
moderna y la política.
Poco después se fue especializando en la combinación
de materiales orgánicos e inorgánicos en sus obras, todos ellos caracterizados
por su sencillez. Comenzó a alcanzar fama y sorprender a los críticos a finales
de los sesenta, cuando en sus instalaciones combina animales vivos y vigas de
hierro, bolsas de yute, trozos de carne y madera.
De este periodo son sus famosos caballos atados a las paredes en la galería L’Attico o la famosa Puerta cerrada de San Benedetto del Tronto, un cúmulo de piedras en forma de puerta que simbolizaban el aislamiento con el mundo exterior.
La iconografía kounelliana está también hecha de cactus, arpillera, carbón, planchas de hierro, lana, somieres viejos, piedras, fuego, humo... En España, también exhibió su trabajo en Santiago de Compostela o Barcelona.
Su lema artístico era que había que “salir del marco”, y para ello utilizó en sus instalaciones, troncos, fuego, sacos, carbón, mariposas o los jarros de barro chinos.
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